PERSPECTIVAS AGRÍCOLAS
2017-2026
El sector alimentario y
agrícola afronta un reto mundial de carácter decisivo: garantizar el acceso a alimentos
seguros, saludables y nutritivos a una población mundial en crecimiento y, a la
vez, utilizar los recursos naturales de manera más sostenible y contribuir de
manera eficaz a la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus
efectos. Por medio de esta colaboración anual y de otros estudios, la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) trabajan en conjunto
para brindar información, análisis y asesoramiento, con el fin de ayudar a los
gobiernos a alcanzar estos objetivos esenciales.
La presente, decimotercera
edición conjunta de OCDE-FAO Perspectivas Agrícolas, ofrece proyecciones a 10
años, hasta 2026, para los principales productos básicos agrícolas, así como
para los biocombustibles y el pescado. La recopilación de información sobre el
mercado y las políticas públicas por parte de expertos en una amplia gama de
países participantes aporta un punto de referencia útil para evaluar las
oportunidades y las amenazas que puedan surgir para el sector. La edición de
Perspectivas Agrícolas de este año incluye una sección especial sobre el
Sudeste asiático, una región en la que la agricultura y la pesca se han
desarrollado con rapidez y la subalimentación ha disminuido en un grado importante,
pero en la que también se sufren directamente los efectos del cambio climático
y en la que los recursos naturales están sujetos a presiones cada vez mayores.
Las Perspectivas Agrícolas se
publican dentro de un marco más amplio de iniciativas internacionales orientadas
a resolver problemas de seguridad alimentaria y agricultura. Entre ellas
destacan dos a nivel mundial:
Ø Los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, que establecen
metas ambiciosas que se deberán alcanzar antes de 2030. La primera es poner fin
a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo, y la segunda es poner fin al
hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover
la agricultura sostenible. Las dos metas guardan relación entre sí, ya que más
de tres cuartas partes de la población en condición de pobreza del mundo
dependen de la agricultura, no solo para alimentarse sino también como medio de
subsistencia.
Ø Conforme
al Acuerdo de París emanado de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre
el Cambio Climático 2015, 195 países se comprometieron a tomar medidas para
mantener el aumento de la temperatura promedio en el mundo muy por debajo de
2 grados centigrados sobre los niveles preindustriales.
El cambio climático plantea
una amenaza para la producción sostenible de alimentos, pero la agricultura,
que representa más de una quinta parte de las emisiones de gases de efecto
invernadero, puede ser parte activa de la solución.
En las Perspectivas Agrícolas se
apoyan estas iniciativas mundiales, al proporcionar indicadores con los cuales
es posible evaluar las implicaciones de las políticas alternativas cuyo
propósito es aumentar la disponibilidad de alimentos de una manera sostenible,
y a la vez mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero. Dichas
políticas incluyen tanto medidas del lado de la oferta —entre ellas las orientadas
a incrementar el crecimiento sostenible de la productividad en el medio
agrícola—, como medidas del lado de la demanda para estimular la reducción de
desechos y consumo excesivo.
La OCDE y la FAO trabajan en
todos los ámbitos para apoyar las actividades emprendidas a nivel mundial con
el fin de erradicar la pobreza y hacer frente al cambio climático. En 2016, se
realizaron reuniones de los Ministros de Agricultura con la OCDE y la FAO
destinadas a definir directivas para las políticas públicas futuras que puedan
cumplir con estos compromisos. En la reunión de la OCDE, los Ministros hicieron
hincapié en que las políticas deben fomentar la resiliencia, así como la
productividad y la sostenibilidad del sector agrícola y alimentario y de las
comunidades rurales. También reconocieron que para alcanzar estas metas
compartidas se requerirá la cooperación internacional sostenida. En la reunión
de la FAO, a la cual asistieron también los Ministros de Comercio, se destacó
la importancia de los productos básicos agrícolas para el crecimiento en los países
en desarrollo y menos desarrollados, y advirtieron de los riesgos creados por
el cambio climático. También insistieron en la importancia de contar con
transparencia en el mercado y previsibilidad en las políticas, así como de la
forma en que el comercio puede intervenir en la adaptación al cambio climático.
Debido a que las zonas en las
que se proyecta un aumento en la demanda de alimentos difieren de aquellas en
las que la oferta puede aumentar sosteniblemente, el comercio internacional
cobrará una relevancia particular para el logro de los ODS, así como para la
adaptación al cambio climático y su mitigación. Sin duda, la undécima
Conferencia Ministerial de la OMC, que se llevará a cabo en Buenos Aires en
diciembre de este año, responderá a la necesidad de garantizar que el sector
agrícola realice estas contribuciones globales con eficacia, y a la vez atienda
problemas específicamente relacionados con la seguridad alimentaria en los
países en desarrollo.
Los temas agrícolas y de
seguridad alimentaria han sido objeto de atención concreta en foros internacionales,
como el G-20 y el G-7. Una iniciativa significativa fue la creación del Sistema
de información sobre el mercado agrícola (SIMA) del G-20, con sede en la FAO y
que recibe contribuciones de la OCDE y otras organizaciones internacionales.
Ahora que los precios de los alimentos se acercan cada vez más a los niveles de
tendencia de largo plazo, es esencial no descuidar los temas coyunturales
restantes. Más aún, los mercados de los alimentos son intrínsecamente volátiles
y la relativa estabilidad actual no es motivo alguno para la complacencia.
Hoy más que nunca, debemos trabajar todos juntos
para mejorar la sostenibilidad de los sistemas alimentarios y garantizar la
seguridad alimentaria y la nutrición saludable en el mundo. Esperamos que
nuestra labor en colaboración, reflejada en la elaboración de este informe cada
año, continúe ofreciendo a los gobiernos y a todos los demás interesados un
elemento clave de la información que necesitan para alcanzar los objetivos
establecidos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de
París.