sábado, 21 de julio de 2018

PROYECCIONES PARA LA PRODUCCION

PERSPECTIVAS AGRÍCOLAS 
2017-2026

El sector alimentario y agrícola afronta un reto mundial de carácter decisivo: garantizar el acceso a alimentos seguros, saludables y nutritivos a una población mundial en crecimiento y, a la vez, utilizar los recursos naturales de manera más sostenible y contribuir de manera eficaz a la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos. Por medio de esta colaboración anual y de otros estudios, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) trabajan en conjunto para brindar información, análisis y asesoramiento, con el fin de ayudar a los gobiernos a alcanzar estos objetivos esenciales.

La presente, decimotercera edición conjunta de OCDE-FAO Perspectivas Agrícolas, ofrece proyecciones a 10 años, hasta 2026, para los principales productos básicos agrícolas, así como para los biocombustibles y el pescado. La recopilación de información sobre el mercado y las políticas públicas por parte de expertos en una amplia gama de países participantes aporta un punto de referencia útil para evaluar las oportunidades y las amenazas que puedan surgir para el sector. La edición de Perspectivas Agrícolas de este año incluye una sección especial sobre el Sudeste asiático, una región en la que la agricultura y la pesca se han desarrollado con rapidez y la subalimentación ha disminuido en un grado importante, pero en la que también se sufren directamente los efectos del cambio climático y en la que los recursos naturales están sujetos a presiones cada vez mayores.

Las Perspectivas Agrícolas se publican dentro de un marco más amplio de iniciativas internacionales orientadas a resolver problemas de seguridad alimentaria y agricultura. Entre ellas destacan dos a nivel mundial:

Ø  Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, que establecen metas ambiciosas que se deberán alcanzar antes de 2030. La primera es poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo, y la segunda es poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible. Las dos metas guardan relación entre sí, ya que más de tres cuartas partes de la población en condición de pobreza del mundo dependen de la agricultura, no solo para alimentarse sino también como medio de subsistencia.
Ø  Conforme al Acuerdo de París emanado de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2015, 195 países se comprometieron a tomar medidas para mantener el aumento de la temperatura promedio en el mundo muy por debajo de 2 grados centigrados sobre los niveles preindustriales.




El cambio climático plantea una amenaza para la producción sostenible de alimentos, pero la agricultura, que representa más de una quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, puede ser parte activa de la solución.

En las Perspectivas Agrícolas se apoyan estas iniciativas mundiales, al proporcionar indicadores con los cuales es posible evaluar las implicaciones de las políticas alternativas cuyo propósito es aumentar la disponibilidad de alimentos de una manera sostenible, y a la vez mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero. Dichas políticas incluyen tanto medidas del lado de la oferta —entre ellas las orientadas a incrementar el crecimiento sostenible de la productividad en el medio agrícola—, como medidas del lado de la demanda para estimular la reducción de desechos y consumo excesivo.

La OCDE y la FAO trabajan en todos los ámbitos para apoyar las actividades emprendidas a nivel mundial con el fin de erradicar la pobreza y hacer frente al cambio climático. En 2016, se realizaron reuniones de los Ministros de Agricultura con la OCDE y la FAO destinadas a definir directivas para las políticas públicas futuras que puedan cumplir con estos compromisos. En la reunión de la OCDE, los Ministros hicieron hincapié en que las políticas deben fomentar la resiliencia, así como la productividad y la sostenibilidad del sector agrícola y alimentario y de las comunidades rurales. También reconocieron que para alcanzar estas metas compartidas se requerirá la cooperación internacional sostenida. En la reunión de la FAO, a la cual asistieron también los Ministros de Comercio, se destacó la importancia de los productos básicos agrícolas para el crecimiento en los países en desarrollo y menos desarrollados, y advirtieron de los riesgos creados por el cambio climático. También insistieron en la importancia de contar con transparencia en el mercado y previsibilidad en las políticas, así como de la forma en que el comercio puede intervenir en la adaptación al cambio climático.

Debido a que las zonas en las que se proyecta un aumento en la demanda de alimentos difieren de aquellas en las que la oferta puede aumentar sosteniblemente, el comercio internacional cobrará una relevancia particular para el logro de los ODS, así como para la adaptación al cambio climático y su mitigación. Sin duda, la undécima Conferencia Ministerial de la OMC, que se llevará a cabo en Buenos Aires en diciembre de este año, responderá a la necesidad de garantizar que el sector agrícola realice estas contribuciones globales con eficacia, y a la vez atienda problemas específicamente relacionados con la seguridad alimentaria en los países en desarrollo.



Los temas agrícolas y de seguridad alimentaria han sido objeto de atención concreta en foros internacionales, como el G-20 y el G-7. Una iniciativa significativa fue la creación del Sistema de información sobre el mercado agrícola (SIMA) del G-20, con sede en la FAO y que recibe contribuciones de la OCDE y otras organizaciones internacionales. Ahora que los precios de los alimentos se acercan cada vez más a los niveles de tendencia de largo plazo, es esencial no descuidar los temas coyunturales restantes. Más aún, los mercados de los alimentos son intrínsecamente volátiles y la relativa estabilidad actual no es motivo alguno para la complacencia.

Hoy más que nunca, debemos trabajar todos juntos para mejorar la sostenibilidad de los sistemas alimentarios y garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición saludable en el mundo. Esperamos que nuestra labor en colaboración, reflejada en la elaboración de este informe cada año, continúe ofreciendo a los gobiernos y a todos los demás interesados un elemento clave de la información que necesitan para alcanzar los objetivos establecidos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París.




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