AMÉRICA
América es el
nombre de un continente que se ubica en el hemisferio occidental de la Tierra. Sus límites
están formados por los océanos Pacífico
(oeste), Atlántico
(este) y Ártico
(norte) y por las islas Diego
Ramírez (sur).
Poco más del
30% de
la superficie emergida del planeta corresponde a América, donde habita el 12% de la humanidad.
La superficie del continente es de 43.316.000
kilómetros cuadrados. Por su inmensidad, es habitual que
América sea dividida en América
del Sur, América
Central y América
del Norte.
El nombre de
América es un homenaje a Américo
Vespucio, un cosmógrafo y navegante florentino. Vespucio fue una de
las primeras personas en sugerir que la tierra americana correspondía a un
nuevo continente y no al continente asiático, como creían Cristóbal Colón y
otros exploradores. Por eso cuando, en 1492,
Colón
llegó a América,
pensaba que estaba arribando a las Indias.
En honor a Vespucio,
el geógrafo y humanista Mathias
Ringmann dio el nombre de América al continente en el planisferio “Universalis Cosmographia”,
cuyo dibujo fue obra del cartógrafo Martín
Waldseemüller.
Es
importante destacar que América es un territorio poblado desde varios milenios
antes de Cristo. La llegada de Colón
y de otros navegantes dio comienzo a la conquista europea de las tierras donde habitaban los llamados pueblos precolombinos, como aztecas, mayas e incas.
En la
actualidad, Estados
Unidos es el pais más poblado de América,
seguido por Brasil,
México, Colombia y Argentina. Otros
países de importante desarrollo demográfico en el continente son Perú, Venezuela, Chile, Ecuador y Guatemala.
El idioma más
hablado de América es el castellano.
Millones de americanos también hablan inglés,
francés,
portugués,
quechua,
aymara y
guaraní,
entre otras lenguas.
UTOPÍA DE LA DESFRONTERIZACIÓN
Los límites
fronterizos existen desde siempre, desde el momento en que un pueblo marcó
diferencias con otro en vecindad. Las diferencias pueden ser muchísimas,
tales como: idioma, costumbres, ‘raza’ (lo pongo entre comillas porque para
mí esa diferencia es inexistente, pues, todos somos ‘raza humana’), color
de piel, cultura, avances, etc., etc. Bíblicamente podemos decir que esas
diferencias iniciaron en Caldea, con Nemrod (Gen 10, 8-12); cuando
Dios cambió el idioma de los habitantes de Babel. (Génesis 11, 1-9)
Los límites de los
Imperios, desde el Antiguo Egipto de los Faraones de la I Dinastía, hasta el
Imperio Romano de los Césares, 400 años después de Jesucristo, marcaban los
lugares en que gobernantes y ciudadanos del imperio tenían preferencias y
dispensas. Asirios, Babilonios, Persas o Greco-Macedonios; todos trazaron
fronteras de sus dominios. Ríos, cordilleras, lagos, mares. . . murallas como
la China o muros, como el del Emperador Adriano en Britania; todas eran señales
físicas para marcar fronteras.
Así que, algo tan
antiguo como eso, no debería estar causando problemas en la actualidad; más aún
si han transcurrido 5,000 AÑOS DE HISTORIA HUMANA con esa
costumbre. Y, sin embargo, así es; los actuales problemas fronterizos
atañen a cuando menos 100, de los 200 países existentes. Y nuestro querido
México no podría ser la excepción.
En el Siglo XX y
XXI, plenos de avances tecnológicos, se han edificado ‘muros’ con las más
variadas características físicas; pero las más importantes han sido las
intenciones morales y anímicas de su edificación. “El Muro de Berlín”
(1963), el que quiso ahogar la unidad de los alemanes; “El Muro de la Ignominia”
(2003) o ‘barrera de seguridad’ como lo llaman los judíos, entre Israel y
Palestina; que quiere detener físicamente los odios y anhelos de esos dos
pueblos, milenariamente en conflicto.
Pero el más
vergonzoso de todos es “El Muro Fronterizo USA-México” (1994), que
pretende detener la inmigración ilegal a Estados Unidos (el mercado de empleo y
consumo más grande del mundo), desde territorio Mexicano; y que se ha
convertido en una vejación permanente entre dos naciones antagónicas, y sin
embargo, complementarias.
La decisión de
Donald Trump de extender el muro entre Estados Unidos y México para frenar la
inmigración cuenta con partidarios en el extremo sur de América, Argentina también se suma a la moda Trump
endureciendo sus políticas de migración y el diputado argentino Alfredo Olmedo
apoya la idea del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de construir un
muro entre ese país y México y ha sugerido edificar una estructura similar en
la frontera entre Argentina y Bolivia.
Argentina tiene ya
un pequeño muro con otro de sus vecinos, Paraguay. De cinco metros de alto y
1,3 kilómetros de extensión, la barrera de hormigón construida en 2015 obliga a
dar un rodeo a los peatones que desean cruzar desde la ciudad argentina de
Posadas a la paraguaya Encarnación.
Hoy, con el "nivel
cultural" o simplemente "educativo", que ha alcanzado nuestra ‘civilización’,
las fronteras debieran ser inexistentes; toda vez que los medios de transporte
nos unen de forma inmediata.
Pero es la
comunicación la que más ha avanzado; pues la velocidad de la luz a la que es
capaz de moverse, nos enlaza inmediatamente con quien queremos hacer
contacto. Radio, teléfono, televisión, internet, redes sociales, son
medios de comunicación al instante, sin importar en absoluto las distancias.
Nos conocemos mucho más y mejor entre culturas, que lo que nunca logró la
Humanidad anteriormente; nos enlazamos de manera instantánea con toda clase de
eventos y acontecimientos, tan rápido, que ni en sueños lo imaginaron nuestros
antepasados, ni nosotros mismos.
Por eso,
simplemente es inaceptable que estemos usando el avance técnico y tecnológico,
para separarnos en lugar de unirnos; y no solo físicamente, cuanto intelectual
y espiritualmente.
Sí, es inadmisible
que sigan existiendo fronteras.