martes, 14 de febrero de 2017

UTOPÍA DE LA DESFRONTERIZACIÓN

AMÉRICA

América es el nombre de un continente que se ubica en el hemisferio occidental de la Tierra. Sus límites están formados por los océanos Pacífico (oeste), Atlántico (este) y Ártico (norte) y por las islas Diego Ramírez (sur).

Poco más del 30% de la superficie emergida del planeta corresponde a América, donde habita el 12% de la humanidad. La superficie del continente es de 43.316.000 kilómetros cuadrados. Por su inmensidad, es habitual que América sea dividida en América del Sur, América Central y América del Norte.

El nombre de América es un homenaje a Américo Vespucio, un cosmógrafo y navegante florentino. Vespucio fue una de las primeras personas en sugerir que la tierra americana correspondía a un nuevo continente y no al continente asiático, como creían Cristóbal Colón y otros exploradores. Por eso cuando, en 1492, Colón llegó a América, pensaba que estaba arribando a las Indias. En honor a Vespucio, el geógrafo y humanista Mathias Ringmann dio el nombre de América al continente en el planisferio “Universalis Cosmographia”, cuyo dibujo fue obra del cartógrafo Martín Waldseemüller.

Es importante destacar que América es un territorio poblado desde varios milenios antes de Cristo. La llegada de Colón y de otros navegantes dio comienzo a la conquista europea de las tierras donde habitaban los llamados pueblos precolombinos, como aztecas, mayas e incas.

En la actualidad, Estados Unidos es el pais más poblado de América, seguido por Brasil, México, Colombia y Argentina. Otros países de importante desarrollo demográfico en el continente son Perú, Venezuela, Chile, Ecuador y Guatemala.

El idioma más hablado de América es el castellano. Millones de americanos también hablan inglés, francés, portugués, quechua, aymara y guaraní, entre otras lenguas.



UTOPÍA DE LA DESFRONTERIZACIÓN

Los límites fronterizos existen desde siempre, desde el momento en que un pueblo marcó diferencias con otro en vecindad.  Las diferencias pueden ser muchísimas, tales como: idioma, costumbres, ‘raza’ (lo pongo entre comillas porque para mí esa diferencia es inexistente, pues, todos somos ‘raza humana’), color de piel, cultura, avances, etc., etc.  Bíblicamente podemos decir que esas diferencias iniciaron en Caldea, con Nemrod (Gen 10, 8-12);  cuando Dios cambió el idioma de los habitantes de Babel. (Génesis 11, 1-9)  

Los límites de los Imperios, desde el Antiguo Egipto de los Faraones de la I Dinastía, hasta el Imperio Romano de los Césares, 400 años después de Jesucristo, marcaban los lugares en que gobernantes y ciudadanos del imperio tenían preferencias y dispensas.  Asirios, Babilonios, Persas o Greco-Macedonios; todos trazaron fronteras de sus dominios. Ríos, cordilleras, lagos, mares. . . murallas como la China o muros, como el del Emperador Adriano en Britania; todas eran señales físicas para marcar fronteras.  

Así que, algo tan antiguo como eso, no debería estar causando problemas en la actualidad; más aún si han transcurrido 5,000 AÑOS DE HISTORIA HUMANA con esa costumbre.  Y, sin embargo, así es; los actuales problemas fronterizos atañen a cuando menos 100, de los 200 países existentes. Y nuestro querido México no podría ser la excepción.

En el Siglo XX y XXI, plenos de avances tecnológicos, se han edificado ‘muros’ con las más variadas características físicas; pero las más importantes han sido las intenciones morales y anímicas de su edificación.  “El Muro de Berlín” (1963), el que quiso ahogar la unidad de los alemanes; “El Muro de la Ignominia” (2003) o ‘barrera de seguridad’ como lo llaman los judíos, entre Israel y Palestina; que quiere detener físicamente los odios y anhelos de esos dos pueblos, milenariamente en conflicto. 

Pero el más vergonzoso de todos es “El Muro Fronterizo USA-México” (1994), que pretende detener la inmigración ilegal a Estados Unidos (el mercado de empleo y consumo más grande del mundo), desde territorio Mexicano; y que se ha convertido en una vejación permanente entre dos naciones antagónicas, y sin embargo, complementarias.

La decisión de Donald Trump de extender el muro entre Estados Unidos y México para frenar la inmigración cuenta con partidarios en el extremo sur de América,  Argentina también se suma a la moda Trump endureciendo sus políticas de migración y el diputado argentino Alfredo Olmedo apoya la idea del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de construir un muro entre ese país y México y ha sugerido edificar una estructura similar en la frontera entre Argentina y Bolivia.

Argentina tiene ya un pequeño muro con otro de sus vecinos, Paraguay. De cinco metros de alto y 1,3 kilómetros de extensión, la barrera de hormigón construida en 2015 obliga a dar un rodeo a los peatones que desean cruzar desde la ciudad argentina de Posadas a la paraguaya Encarnación.

Hoy, con el "nivel cultural" o simplemente "educativo", que ha alcanzado nuestra ‘civilización’, las fronteras debieran ser inexistentes; toda vez que los medios de transporte nos unen de forma inmediata. 

Pero es la comunicación la que más ha avanzado; pues la velocidad de la luz a la que es capaz de moverse, nos enlaza inmediatamente con quien queremos hacer contacto.  Radio, teléfono, televisión, internet, redes sociales, son medios de comunicación al instante, sin importar en absoluto las distancias.  Nos conocemos mucho más y mejor entre culturas, que lo que nunca logró la Humanidad anteriormente; nos enlazamos de manera instantánea con toda clase de eventos y acontecimientos, tan rápido, que ni en sueños lo imaginaron nuestros antepasados, ni nosotros mismos.

Por eso, simplemente es inaceptable que estemos usando el avance técnico y tecnológico, para separarnos en lugar de unirnos; y no solo físicamente, cuanto intelectual y espiritualmente. 

Sí, es inadmisible que sigan existiendo fronteras.